La contaminación del aire es la que se produce como
consecuencia de la emisión de sustancias tóxicas. Puede causar trastornos tales
como ardor en los ojos y en la nariz, irritación y picazón de la garganta y
problemas respiratorios. Bajo determinadas circunstancias, algunas substancias
químicas que se hallan en el aire contaminado pueden producir cáncer,
malformaciones congénitas, daños cerebrales y trastornos del sistema nervioso,
así como lesiones pulmonares y de las vías respiratorias. A determinado nivel
de concentración y después de cierto tiempo de exposición, ciertos
contaminantes del aire son sumamente peligrosos y pueden causar serios
trastornos e incluso la muerte.
La polución del aire también provoca daños en el medio ambiente, habiendo
afectado la flora arbórea, la fauna y los lagos. La contaminación también ha
reducido el espesor de la capa de ozono. Además, produce el deterioro de
edificios, monumentos, estatuas y otras estructuras.
La contaminación del aire también es causante de neblina, la cual reduce la
visibilidad en los parques nacionales y otros lugares y, en ocasiones,
constituye un obstáculo para la aviación.
Evitar la contaminación
Hay muchas formas de ayudar a reducir la contaminación del
aire. Se puede hacer un aporte significativo a la purificación del aire
simplemente siguiendo (o no, según sea el caso) ciertas prácticas sencillas
Dado que los vehículos contribuyen enormemente a la polución del aire mediante
la emisión de CO2, NOx, ozono, VOC, HAP, CFC y partículas volátiles, la
modificación de los hábitos de conducción contribuirá a reducir la misma.
Reducir el uso del automóvil, usar medios de transporte público o bicicleta,
caminar más, utilizar el automóvil como medio de transporte colectivo, etc.
constituyen la mejor manera de ayudar a reducir la polución atmosférica.
Si conduce, tenga en cuenta lo siguiente:
• Evite circular a alta velocidad
• Cuando compre un vehículo, elija uno que tenga alto rendimiento en millas por
litro de gasolina.
• No sobrellene el tanque de gasolina
• No cargue gasolina en días de alto contenido de ozono. Trate de hacerlo
después de que oscurezca.
• Use un modelo de vehículo que sea lo más nuevo posible, ya que los modelos
nuevos son, en general, menos contaminantes.
• Utilice un vehículo alternativo, como por ejemplo el automóvil eléctrico, o
uno que funcione con otro tipo de combustible.
• Conduzca suavemente y evite que su automóvil permanezca sin uso durante mucho
tiempo.
• Si su automóvil es de un modelo anterior a 1995, haga cambiar el peligroso
sistema de aire acondicionado R-12 (clorofluocarbonado) por el R-134-a, que es
más seguro, con lo cual contribuirá a reducir el agujero de ozono.
• Mantenga su automóvil en buen estado, poniendo especial atención en el
sistema de escape.
• Asegúrese de que los neumáticos tengan la presión de aire adecuada.
• Mantenga en buen estado el sistema de aire acondicionado de su vehículo,
asegurándose de que no haya filtraciones.
• Haga menor cantidad de viajes. Planifique su itinerario, de manera de evitar
las zonas de tránsito congestionado.
• Reduzca el uso de gasolina tanto como le sea posible –la forma y el diseño
del automóvil pueden ser factores determinantes del consumo.
• Posponga las tareas de jardinería que requieran el uso de herramientas a
gasolina en días de alto nivel de de ozono.
Otras formas de
reducir la contaminación:
• Consuma alimentos orgánicos o al menos aquellos no hayan sido sometidos a un
uso tan intensivo de agroquímicos.
• Restrinja la limpieza en seco.
• Evite el uso de pinturas, aceites y solventes en días de alta concentración
de ozono.
• Reduzca el consumo de electricidad, lo cual contribuirá a disminuir las
emanaciones de SO2, NOx, VOC y partículas.
• Prenda el carbón de leña con un encendedor eléctrico en vez de hacerlo con
combustible líquido.
• Restrinja-reutilice-recicle. Un menor consumo redundará en menor
contaminación atmosférica de todo tipo.
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